Las monedas digitales de los bancos centrales están por venir, y aunque en un principio sólo se utilizarán a nivel nacional, es probable que también empiecen a desempeñar un papel importante en los pagos internacionales. Esto reducirá la necesidad de dólares estadounidenses en el comercio internacional y, por lo tanto, también disminuirá el control de EE.UU. sobre el sistema de pagos internacionales. No es de extrañar que EE.UU. no está para nada entusiasmado con este desarrollo.