La historia nos muestra que ha sido bastante común que un país conquiste tierras donde viven otros pueblos, por lo que el caso del Estado de Israel no es único. Pero surge la pregunta: ¿qué hacer con la gente del territorio conquistado? El caso del Estado de Israel es un caso muy peculiar y está a la raíz de la tragedia palestina.

Thorbjorn Waagstein
Thorbjørn Waagstein, Economist, PhD, since 1999 working as international Development Consultant in Latin America, Africa and Asia.
El general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., declaró en febrero de 2023 que Rusia ya ha perdido "estratégica, operativa y tácticamente". En EE.UU. consideran que la guerra en Ucrania es "una forma extraordinariamente rentable de degradar las capacidades militares de Rusia sin arriesgar una sola vida (estadounidense)". Así que todo va según lo previsto. ¿O no?
Al parecer, la economía rusa ha resistido las "sanciones del infierno" que se suponía iban a provocar un colapso económico, lo que ha dejado perplejos a muchos economistas y políticos. Pero no es ningún misterio. Sanciones provocan daños, pero también crean oportunidades, sobre todo en países grandes y relativamente avanzados como Rusia. La razón de que a muchos economistas les cueste tanto entenderlo es que se han encerrado en un estrecho universo neoliberal. Lo que está ocurriendo en Rusia tiene un mensaje importante para los países en desarrollo.
La pérdida de vidas de los soldados en la guerra de Ucrania es espantosa. No sabemos cuántos han muerto, pero nadie duda de que al número es aterrador. Un estudio reciente nos da una idea de lo que está ocurriendo. Muestra que el 63% de los ucranianos responden que tienen al menos un pariente o amigo cercano que ha muerto, el 78% si incluimos a los heridos. Es una locura completa. Estados Unidos, la OTAN y la Unión Europea dicen que esto debe continuar "el tiempo que requiere". ¿Tienen alguna buena razón para permitir que continúe este baño de sangre?
La mayor parte de la izquierda europea y norteamericana se considera los guardianes de los derechos y valores universales. Hacen campaña a favor de sanciones y -en caso necesario- de la intervención militar contra los países o "regímenes" que no estén a la altura de estas normas universales, y esperan que sus gobiernos, Estados Unidos, la Unión Europea y la OTAN lleven a cabo las medidas punitivas necesarias para hacer cumplir las normas. No se han dado cuenta de que esto ya no es posible. Sobrepasa la capacidad del imperio.
El actual sistema financiero internacional centrado en torno al dólar estadounidense está bajo presión de varios lados: el uso del dólar para castigar a otros países, la inflación en EE.UU., el creciente endeudamiento estadounidense y la aparición de las monedas digitales y su potencial para hacer los pagos internacionales mucho más rápidos y baratos sin utilizar el dólar. El futuro es probablemente un sistema financiero internacional fragmentado y regionalizado y con un papel mucho más reducido del dólar estadounidense. Pero, ¿puede funcionar?